domingo, 24 de noviembre de 2013

Relación entre reflexión y felicidad

Los seres humanos somos los únicos individuos dotados de razón y por ello, buscamos alcanzar la felicidad pero no siempre es posible porque los problemas se interponen sucesivamente en nuestras vidas, lo que nos provoca un estado de adversidad.


La solución a estas adversidades viene dada por la reflexión personal sobre dichos problemas. Cuando reflexionamos, es decir, consideramos detenidamente algo, estamos buscando un remedio. Esta tendencia del ser humano a buscar una solución a sus problemas es una forma de buscar indirectamente la felicidad.

Además de ser una vía de resolución de nuestras dificultades, la reflexión se puede aplicar en otros ámbitos como medida para darnos cuenta de nuestros errores e intentar combatirlos o en el medio de la búsqueda de la paz interior. Un ejemplo de esto son los monjes tibetanos, que pasan la mayor parte de su vida meditando para encontrar su “yo” interior. Por lo tanto, por medio de la reflexión alcanzan la felicidad.

Aristóteles, uno de los filósofos más importantes de la historia de la filosofía, abogaba por la búsqueda de la felicidad mediante la vida contemplativa, es decir, la felicidad se alcanza a través del pensamiento humano. 
La reflexión se puede manifestar también en la vida religiosa. Por ejemplo, el filósofo Santo Tomás de Aquino defendía la vida contemplativa orientada hacia la búsqueda de Dios.



Todas estas formas de reflexión confluyen en el mismo objetivo: encontrar la felicidad. Por lo tanto, cualquiera de los modos anteriores es válido para alcanzar el estado de bienestar que todos deseamos.

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