Los seres humanos somos
los únicos individuos dotados de razón y por ello, buscamos alcanzar la
felicidad pero no siempre es posible porque los problemas se interponen sucesivamente
en nuestras vidas, lo que nos provoca un estado de adversidad.
La solución a
estas adversidades viene dada por la reflexión personal sobre dichos problemas.
Cuando reflexionamos, es decir, consideramos detenidamente algo, estamos
buscando un remedio. Esta tendencia del ser humano a buscar una solución a sus
problemas es una forma de buscar indirectamente la felicidad.
Además de ser una
vía de resolución de nuestras dificultades, la reflexión se puede aplicar en
otros ámbitos como medida para darnos cuenta de nuestros errores e intentar
combatirlos o en el medio de la búsqueda de la paz interior. Un ejemplo de esto
son los monjes tibetanos, que pasan la mayor parte de su vida meditando para
encontrar su “yo” interior. Por lo tanto, por medio de la reflexión alcanzan la
felicidad.
Aristóteles, uno
de los filósofos más importantes de la historia de la filosofía, abogaba por la
búsqueda de la felicidad mediante la vida contemplativa, es decir, la felicidad
se alcanza a través del pensamiento humano.
La reflexión se
puede manifestar también en la vida religiosa. Por ejemplo, el filósofo Santo
Tomás de Aquino defendía la vida contemplativa orientada hacia la búsqueda de
Dios.
Todas estas formas
de reflexión confluyen en el mismo objetivo: encontrar la felicidad. Por lo
tanto, cualquiera de los modos anteriores es válido para alcanzar el estado de
bienestar que todos deseamos.
¿Y si eso nos lleva a la infelicidad?
ResponderEliminar