miércoles, 5 de febrero de 2014

Pedagogía

La dinámica de una clase está determinada por diferentes principios que ha de tener en cuenta el profesor para ofrecer una buena explicación de la materia.
En este caso, pondré como ejemplo una clase de Historia e iré explicando uno por uno cada uno de los factores que intervienen.

El primero es la percepción, que es la organización de los datos en el cerebro una vez que hemos captado el estímulo y nuestro cerebro lo ha interpretado. El profesor debe hablar alto y claro y en un registro coloquial pero académico para que todos lo entendamos y permitir la comprensión de la explicación y la correcta organización de los datos.

El segundo factor es la memoria, que consiste en retener, procesar y recordar los conocimientos adquiridos. Para facilitar la memorización de la lección el profesor debe primero, esquematizar los contenidos más importantes para tener una visión general del tema y después, extenderse en la explicación y profundizar en detalles. En segundo lugar, es bueno que repita varias veces lo más significativo para que lo memoricemos.

El tercero es el aprendizaje, que supone la creación de una nueva conducta o el cambio de comportamientos que teníamos anteriormente.  El tipo de aprendizaje que se desarrolla a nivel académico es el constructivo porque cada alumno es autónomo en el estudio y va construyendo su propio conocimiento.  El profesor debe explicar a los alumnos (receptivo) pero a la vez, fomentar el aprendizaje por descubrimiento haciendo que los alumnos reflexionen y saquen conclusiones. Además, debe infundir la importancia del aprendizaje significativo en contraposición con el repetitivo porque los datos se olvidan más fácilmente y a largo plazo no te sirve.

El cuarto y último factor es la inteligencia, que es la capacidad para solucionar nuevos problemas alcanzando un objetivo que no se logra de forma inmediata.
Este aspecto no es igual en todos los individuos, hay personas más inteligentes que otras y no a todo el mundo se nos da bien lo mismo que a los demás, por eso, la teoría actual de Gardner defiende que hay varios tipos de inteligencia y cada individuo destaca en algunos.
El profesor ha de tenerlo en cuenta y establecer un nivel de exigencia medio para toda la clase  y con ello, favorecer el correcto funcionamiento de la sesión lectiva y facilitar el estudio a los alumnos.